Madrid, 6 nov (EFE).- El Gobierno ha aprobado hoy el real decreto que culmina el proceso de adaptación de la normativa española a la Unión Bancaria y que fija las nuevas reglas para actuar de forma temprana y evitar el colapso de una entidad, asà como su posterior resolución.
Para evitar futuras crisis financieras en Europa, las entidades deberán presentar al menos anualmente una hoja de ruta al supervisor en la que expliquen cómo reconducirÃan su situación, por ejemplo, a través de medidas para reforzar su capital o mejorar su posición de liquidez, previendo distintos escenarios.
Se trata de planes de recuperación que el supervisor, ya sea el Banco de España o la CNMV para las empresas de servicios de inversión, se encargarán de evaluar.
De esta forma, en la fase preventiva, las entidades estarÃan preparadas para evitar su colapso porque si no es asÃ, entrarÃan en la fase de resolución y será entonces cuando se determine las medidas a seguir.
Asà por ejemplo, el real decreto regula el funcionamiento de una entidad puente que podrá constituir el FROB para salvar la parte más sana de la entidad, y la formación, mecanismos de control y funcionamiento de las sociedades de gestión de activos.
Según han explicado fuentes del Ministerio de EconomÃa, el rescate siempre se harÃa teniendo en cuenta que los accionistas serán los primeros en afrontar pérdidas y no los contribuyentes, y garantizando los depósitos de hasta 100.000 euros.
Una protección que se amplÃa a depósitos que antes no estaban cubiertos, ya que, por ejemplo, se incluyen el dinero de las entidades locales con un presupuesto menor a medio millón de euros al año, igualmente hasta un máximo de 100.000 euros por entidad.
También se agiliza el pago a los depositantes, al reducir los veinte dÃas hábiles actuales a siete dÃas en 2024.
Para conseguir estos objetivos se modifican las aportaciones de la banca española al Fondo de GarantÃa de Depósitos (FGD), que en 2024 debe cubrir como mÃnimo el 0,8 % de los ahorros de hasta 100.000 euros, lo que supone aproximadamente unos 6.400 millones.
Al mismo tiempo, se irá engordando el nuevo fondo de resolución europeo, cuyo objetivo es que atesore el 1 % de los depósitos garantizados en la zona del euro, lo que supone una aportación mÃnima de los bancos españoles de unos 5.300 millones hasta 2024.
En conclusión, la nueva factura para la banca española ascenderÃa al menos a un total de 11.700 millones, aunque no se puede obviar que el FGD español cuenta ya con algunos recursos, por lo que la cifra no es más que una estimación.
En la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros que ha aprobado la norma, la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de SantamarÃa, ha destacado que lo fundamental es que los costes de resolución de una entidad serán asumidos por los accionistas, los acreedores y el fondo de resolución.
De este modo, ha añadido, se limita la utilización de recursos públicos, siempre con el objetivo de garantizar la máxima protección a los depositantes.
Además, el real decreto desarrolla el funcionamiento del FROB como nueva Autoridad Nacional de Resolución y las contribuciones que las entidades deberán hacer al fondo nacional de resolución teniendo en cuenta su tamaño y perfil de riesgo.
El dinero de este fondo nacional se integrará en el fondo único de resolución europeo con el resto de aportaciones hechas en otros paÃses de la zona del euro por sus bancos, después de enero de 2016, cuando se constituye la hucha común para los rescates bancarios de la región.