París, 7 jun (EFE).- La huelga en los trenes franceses van a continuar mañana, pese a las concesiones que la empresa SNCF ha hecho en las negociaciones sobre la organización del tiempo de trabajo, y a los llamamientos del Gobierno para que cesen en vísperas del inicio de la Eurocopa de fútbol.
Las asambleas generales de trabajadores de la Sociedad Nacional de Ferrocarriles (SNCF) se pronunciaron hoy en favor de continuar los paros, siguiendo las consignas de dos de los sindicatos, Fuerza Obrera y Sud Rail.
La Confederación General del Trabajo (CGT), primera central de la compañía, no había dado consignas y se remitía a lo que decidieran los empleados.
El secretario de la federación de Sud Rail, Eric Santinelli, justificó su posición porque «lo que reclaman los trabajadores ferroviarios son garantías en el tiempo», mientras que la SNCF «(les) propone un acuerdo de empresa», es decir, en la lógica de la reforma laboral que está en el centro de sus protestas.
En esta situación, mañana será el octavo día consecutivo de huelga en los ferrocarriles, y la SNCF anunció que tendrá que suprimir un tercio de los trenes de alta velocidad (TGV), la mitad de los otros convoyes de cercanías, un 40 % de los regionales y la mitad de los cercanías en París.
El presidente de la SNCF, Guillaume Pépy, consideró esta mañana que el texto que estuvo negociando con los sindicatos hasta la pasada madrugada, y que van a firmar dos centrales (CFDT y UNSA), debe servir para poner fin a la huelga.
El acuerdo mantiene sin cambios la mayoría de las reglas en vigor, como que los trabajadores que vayan a librar no terminarán de trabajar después de las 19:00 horas la víspera, ni empezarán tras un día de libranza antes de las 6 de la mañana.
El paro ha tenido estos últimos días un seguimiento muy minoritario (la empresa evaluó los huelguistas en un 8,5 % hoy, como ayer) pero le ha costado a la SNCF unos 300 millones de euros.