Tokio, 15 mar (EFE).- El Banco de Japón (BoJ) inició hoy su reunión mensual de dos dÃas, en la que se espera que la entidad decida mantener intacta su polÃtica de flexibilización monetaria para lograr su meta inflacionaria del 2 %.
El Ãndice de precios al consumo (IPC) de Japón, publicado por el Gobierno a principios de mes, experimentó su primera subida en 13 meses en enero, un cambio de tendencia en lÃnea con la estrategia del banco central japonés.
Pese al repunte del Ãndice, que excluye los alimentos frescos por su excesiva volatilidad, numerosos economistas apuntan a que la inflación se debió principalmente al aumento del coste energético y que todavÃa queda camino hasta la esquiva meta nipona de inflación.
Con el objetivo de acelerar la lenta demanda interna mediante la reducción de las tasas de interés y la disminución de los costos de los préstamos, se espera que el banco central conserve por el momento su polÃtica actual de mantener el rendimiento de los bonos públicos a largo plazo a un nivel bajo.
Los mercados se muestran, no obstante, escépticos sobre si el BoJ podrá seguir controlando el rendimiento de los bonos del Gobierno, ya que la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed) tendrÃa previsto aumentar sus tasas, lo que añadirÃa presión sobre los tipos a largo plazo en el paÃs norteamericano.
Si la brecha entre las tasas de interés de Estados Unidos y Japón aumenta, el yen caerÃa frente al dólar, lo que podrÃa impulsar a más inversores a vender bonos públicos japoneses y un aumento en la demanda de acciones de los fabricantes nipones orientados a la exportación.
Un yen débil beneficia generalmente a los exportadores japonesas, ya que hace sus productos más baratos, aumentando su competitividad en el extranjero, y refuerza el valor de los ingresos en ultramar de las compañÃas a la hora del retorno a la divisa del paÃs asiático.
El BoJ activó en 2013 un agresivo programa de compra masiva de activos con el que busca situar la inflación en torno al 2 % y dejar atrás el largo ciclo deflacionista de la tercera economÃa mundial.
El pasado diciembre la entidad anunció un nuevo método de control de la curva de rendimientos de deuda para, a través de su tasa negativa de 0,1 %, mantener el rendimiento del bono a 10 años -que condiciona los tipos a largo plazo- en torno al 0 %.