Barcelona, 9 oct (EFE).- La multinacional catalana de hemoderivados Grifols no descarta modificar su domicilio social, situado actualmente en Cataluña, si el escenario polÃtico afectara a su negocio.
Fuentes de Grifols han asegurado a Efe que “actualmente no hay ninguna previsión para cambiar de ubicación ninguna de las sedes corporativas”.
“Sin embargo, en el hipotético supuesto de que la actual situación derivase en un nuevo escenario que pudiese afectar el curso normal de los negocios o de la situación financiera de la compañÃa, el consejo acordarÃa las medidas necesarias”, han asegurado estas fuentes.
Grifols ha hecho público este pronunciamiento un dÃa antes de que el presidente catalán, Carles Puigdemont, comparezca ante el Parlamento catalán para explicar si declara o no unilateralmente la independencia de Cataluña.
La multinacional tiene su sede social en la Avenida de la Generalitat, 152 de Sant Cugat del Vallès, donde están también sus servicios centrales.
Grifols es una compañÃa que cotiza en el Ibex y también en el Nasdaq estadounidense, y está fuertemente internacionalizada, ya que España apenas supone el 5 % de la facturación global de la multinacional.
Hace dos años, Grifols dio a conocer que gestionarÃa desde Irlanda su tesorerÃa a nivel global y áreas clave de su división Bioscience (biociencia), que es la relacionada con los medicamentos derivados del plasma y la que aporta en torno al 75 % de la facturación total del grupo.
Entonces Grifols explicó que la polÃtica comercial, la de I+D y la cadena de suministro de esta división -la más importante de las tres que tiene Grifols, la tercera compañÃa del mundo en producción de medicamentos biológicos derivados del plasma- dependerÃan de Irlanda.
A raÃz de la polémica creada por su presencia en Irlanda, la compañÃa quiso dejar claro que tanto la sede social como sus servicios centrales permanecÃan en Cataluña.
Asà pues, Grifols busca seguir perteneciendo a la UE y a la zona euro, asà como estar bajo el paraguas de la Agencia Europea del Medicamento (EMA), que precisamente está buscando sede en Europa por el Brexit, sede a la que aspira Barcelona.