Bruselas, 18 dic (EFE).- La Unión Europea (UE) negocia esta noche las cuotas de pesca del Atlántico de 2019, aún sin avances y ante la entrada en vigor de la prohibición de los descartes el 1 de enero de 2019, que preocupa al sector en España, dado que puede paralizar la actividad de los buques en el Gran Sol.
La propuesta inicial de la Comisión Europea (CE), que prevé un recorte del 14 % para la merluza sur -en el Cantábrico y aguas de Galicia, portuguesas y del Golfo de Cádiz- fue mejorada ya hoy en una propuesta de compromiso que prevé un recorte del 8 %, aunque España considera esta mejora «insuficiente».
También mejora la propuesta inicial para el rape en el Golfo de Vizcaya (-7 %), que se situaría en un recorte del 2 % según la que está actualizada sobre la mesa.
«Creemos que hay argumentos científicos para que se transforme en un incremento», dijo a Efe el secretario general de la Confederación Española de Pesca (Cepesca) y presidente de Europêche, Javier Garat.
Los ministros europeos de agricultura y pesca, entre ellos el español Luis Planas, negocian en esta cita anual con tres variables que complican el desenlace respecto a ediciones anteriores.
En primer lugar, cumplir con el principio de Rendimiento Máximo Sostenible (RMS) -la explotación de una especie a niveles biológicos seguros- de aquí a 2020, un horizonte que ha obligado a recortes en los últimos años, como es el caso de la merluza sur, que puede enfrentarse a un quinto año de reducción de cuota.
Por otro lado están la entrada en vigor de la obligación de desembarco en 2019 -prohibición de los descartes, devolver al mar las capturas no deseadas- y el ‘brexit’, dos contextos nuevos en la negociación de este año.
Está previsto que los ministros vuelvan a sentarse con una nueva propuesta sobre las 2 de la madrugada, hora local de Bruselas.
En el caso de España, la flota del Gran Sol está preocupada por el impacto que pueda tener esa prohibición, dado que podría obligar a los buques a desembarcar peces de los que no tienen cuota -y que se cuelan en las redes-, lo que podría paralizar la actividad de hasta cien buques que faenan en esas aguas.
Planas trata de negociar en Bruselas una «bolsa» de cuotas de especies como solución a la prohibición de los descartes.
Además, mantiene reuniones bilaterales con países para organizar «intercambios» de especies de las que España no tiene cuota, a cambio de otras, para evitar paralizar la actividad de los buques.
Esta es la principal pelea de España en el Consejo, además de reducir el recorte a la merluza, especie esencial para el sector.
«Ambas cosas van juntas y a partir de ahí se busca una solución equilibrada y razonable para cumplir con prioridades de todos hasta donde se pueda llegar», informaron fuentes ministeriales.
Al margen de la merluza, el rape y la cigala, el sector considera «relativamente buena» la propuesta de la CE dado que la mayoría de las especies cumplen ya con los objetivos de RMS, tras los recortes efectuados en los últimos años.
Según la CE, las capturas de 53 poblaciones en aguas europeas se sitúan ahora a un nivel de rendimiento máximo sostenible, frente a solo 5 en 2009 y 44 en 2017.