ParÃs, 3 jul (EFE).- España fue en 2019 uno de los principales contribuyentes a la creación de empleo en Francia, paÃs que se apoya ahora en su competitividad y peso en Europa para atraer a mayor número de inversores españoles pese a la incertidumbre generada por la pandemia de coronavirus.

"Por su población y fuerza en Europa, Francia sigue siendo un mercado muy importante, el segundo ahora que Gran Bretaña prácticamente se ha ido de la UE. Es un buen momento para participar en el impulso de la economÃa francesa", explica en entrevista con EFE el director general de Business France, Christophe Lecourtier.
Su organismo fomenta el desarrollo internacional de las empresas francesas, la promoción económica de Francia y las inversiones extranjeras en el paÃs, y recalca que los 45 proyectos de inversión españoles registrados en 2019 permitieron crear o mantener 1.717 puestos, un 63 % más que en 2018.
La balanza entre ambos paÃses, no obstante, no está equilibrada: en Francia hay unas 900 empresas españolas, frente a las 2.850 francesas en España, y aunque Francia es el primer cliente de España, España es su cuarto, por detrás de Alemania, Estados Unidos e Italia.
"Desde hace años los españoles están más presentes en Francia. Europa es un poco eso, el poder beneficiarse cada uno de la fuerza de su mercado y tener juntos una economÃa más interconectada", apunta Lecourtier, que asumió el cargo en 2017.
ATRACTIVO QUE SUPERA LAS PROTESTAS
Los "chalecos amarillos", las huelgas por las reformas de las pensiones del Ejecutivo de Emmanuel Macron u otras protestas habituales en el paÃs no deben verse como posibles obstáculos, en su opinión, sino como una consecuencia de la voluntad de cambio.
"Son el indicio de que Francia se habÃa vuelto a poner en movimiento después de probablemente varias décadas en las que habÃa dado la impresión a los inversores extranjeros de estar inmóvil", recalca.
Tradicionalmente la automoción y la maquinaria han sido los dos sectores principales de inversión entre ambos paÃses, aunque el grupo textil Inditex, con 9.000 efectivos en Francia, es la primera empresa española en términos de empleo.
Lecourtier, de 57 años, no esconde que 2020 será un año negro para la economÃa, con una caÃda del PIB que en ambos paÃses se espera que ronde el 11 %.
"Nuestro objetivo para este año, que es muy difÃcil, es estar entre los paÃses europeos que empujaremos la reanudación de la economÃa europea y, si es posible, ser uno de los mercados ganadores de esta crisis. En ese sentido, la presencia española, que ya es importante, espero que encuentre las condiciones para desarrollarse más", apunta.
PLANES DE APOYO SECTORIALES
Los planes de apoyo sectoriales del Ejecutivo francés, con unos 18.000 millones de euros destinados al sector turÃstico, 15.000 al aeronáutico u 8.000 a la automoción, son uno de los pilares erigidos por la economÃa gala para mantenerse a flote.
"El desafÃo para después de la crisis es llegar a modernizar nuestra industria no solo para conservarla en términos de producción y empleo, sino también, en caso de que sea posible, porque ese es el futuro, volver a ganar producción y empleo en Europa respecto a lo que se dirigió hace 20 o 25 años a Asia", sostiene.
Para Lecourtier no es contradictorio defender una mayor soberanÃa europea y a la vez mantenerse abiertos al mundo y que lo producido gracias a esas polÃticas que refuerzan el atractivo local "pueda ser vendido a paÃses o zonas que no tienen las mismas capacidades".
La fuerza de Francia, España y otros paÃses europeos, a su juicio, es el capital humano: "es el que podrá desarrollar la innovación y adaptarse a modos de producción cada vez más digitalizados e inteligentes y menos fÃsicos. La principal inversión debe estar ahÃ".
Reforzar una competitividad centrada en las industrias del futuro, con el foco en las energÃas limpias y la digitalización, es el eje su estrategia.
Una estrategia en la que invita a sumarse a España: "para las empresas españolas que ya están presentes en Francia es un buen momento para seguir pisando el acelerador allÃ", concluye sobre unas relaciones bilaterales que concentran en la región parisina el grueso de los proyectos de inversión españoles.
Marta Garde