Nueva Delhi, 26 dic (EFE).- Las protestas de miles de granjeros a las afueras de Nueva Delhi contra tres leyes que liberalizan el sector agrÃcola cumplieron este sábado un mes, un desafÃo al Gobierno indio en el que ningún bando está dispuesto a ceder.
En Ghazipur, uno de los varios puntos de acceso a la capital cortados desde hace un mes por los manifestantes, los ánimos de los granjeros esta semana permanecÃan inquebrantables, decididos, con esa fortaleza que da el trabajo en el campo, a aguantar sobre el asfalto el tiempo que haga falta.
“Llevo aquà desde hace un mes y hasta que las leyes no cambien seguiremos aquÃ. Si cambian en 15 dÃas, regresaremos. Si no cambian, si cambian en un mes, o en dos meses, o en tres meses, permaneceremos aquÔ, afirmó a Efe el corpulento Jaideep, un granjero del vecino estado norteño de Uttar Pradesh.
Jaideep cultiva “de todo”: trigo, arroz, caña de azúcar, legumbres, y considera, como llevan denunciando desde hace meses los sindicatos de agricultores, que las nuevas leyes deben cambiar y garantizar como hasta ahora el MSP (el Precio MÃnimo de Apoyo) que subvencionan las autoridades indias, sin tener que enfrentarse asà a la incertidumbre de las fluctuaciones del libre mercado.
Lo repiten también con gritos y puños en alto los granjeros sentados en el área de reunión en Ghazipur, donde entre banderas comunistas y de diferentes asociaciones agrarias, lÃderes sindicales exponen micrófono en mano la necesidad de proseguir el desafÃo al todopoderoso Gobierno del primer ministro indio, Narendra Modi.
Están preparados: montañas de leña para hacer frente al frÃo durante la noche, puestos de reparto de medicinas, de comida -con sacos de patatas y legumbres almacenados-, y tiendas de campaña a ras de suelo o en camiones escoltados por las decenas de tractores que impiden cualquier intento de desmantelar la protesta.
El Tribunal Supremo indio también garantizó la semana pasada que la acampada de los agricultores podrá continuar de “manera no violenta”, y la policÃa deberá evitar usar la fuerza contra los manifestantes, rechazando asà una petición de la FiscalÃa General contra el bloqueo de varias de las entradas a la capital.
EL GOBIERNO DEFIENDE LAS LEYES
El Gobierno indio insiste sin embargo en que estas leyes son necesarias, un punto de inflexión a décadas de retraso en el sector, y que los alrededor de 100 millones de granjeros del paÃs podrán negociar ahora en sus propios términos con los intermediarios.
Modi aseguró además el viernes, en un discurso dirigido a granjeros de todos el paÃs que se habÃan congregado de manera telemática para la ocasión, que el Gobierno garantizará que los agricultores obtengan un precio justo por sus cultivos, y que el MSP (Precio MÃnimo de Apoyo) no solo no va a desaparecer, sino que incluso “aumentan” los productos que están amparados por él.
“A través de estas reformas agrÃcolas se proporciona mejores opciones a los agricultores. Después de estas leyes, los agricultores pueden vender sus productos a quien quieran. Pueden vender sus productos dondequiera que obtengan el mejor precio”, indico Modi en su intervención, según un comunicado.
¿Pero por qué protestan entonces los granjeros?
Desde el Gobierno aseguran que es todo parte de una campaña de desinformación alimentada por los partidos de la oposición, que además solÃan apoyar estas reformas en sus manifiestos electorales, lo que ha llevado asà a varias rondas de negociación infructuosas.
Varios sindicatos se reúnen este sábado para dar una respuesta al discurso de ayer de Modi, en la que tratan de buscar “la decisión más creativa y resolutiva a tomar”, explicó a Efe Avik Saha, secretario del sindicato AIKSCC, que forma parte de las deliberaciones.
“Nuestra posición sigue siendo la misma: debemos derrotar a estas leyes porque no dan (…) garantÃa de ingresos” a los agricultores, subrayó el sindicalista.
Pero si al Gobierno y a las asociaciones campesinas les cuesta llegar a un acuerdo, reconocidos economistas tampoco parece que logren alcanzar un punto común sobre si las controvertidas leyes son beneficiosas o no para los agricultores.
El director ejecutivo para la India del Fondo Monetario Internacional (FMI), Surjit S Bhalla, se ha convertido en un rostro habitual en los medios de comunicación indios, en los que defiende las nuevas leyes como el fin de un sistema colonial que beneficiaba a unos pocos “granjeros ricos”, con una liberalización en la venta que aporta ahora “libertad” a los agricultores.
Kaushik Basu, execomista jefe del Banco Mundial, lo ve sin embargo muy diferente.
“He estudiado ahora las nuevas leyes agrÃcolas de la India y me doy cuenta de que tienen fallos y serán perjudiciales para los agricultores. Nuestra regulación agrÃcola debe cambiar, pero las nuevas leyes terminarán sirviendo a los intereses corporativos más que a los agricultores”, sentenció Basu en Twitter.
Moncho Torres