Las empresas deberían invertir casi cinco veces más en sus programas de sostenibilidad
El último informe sobre emisiones cero, Rethinking Energy and Natural Resources for a Net-Zero Carbon Future, de la de la consultora estratégica Bain & Company, pone de manifiesto que las empresas deberían invertir casi cinco veces más en sus programas de sostenibilidad. Una de las principales conclusiones es que las empresas deberían aumentar su inversión en programas de sostenibilidad a niveles similares a los de otros programas de transformación: más cerca del 50%, en lugar del 10% que actualmente se invierte en volver más ecológico el sector de la energía y de los recursos naturales.
El informe, que compara las medidas de sostenibilidad de 37 compañías globales de petróleo y gas, servicios públicos, productos químicos, agricultura y minería, para ver cómo se clasifican, alerta de que los altos ejecutivos de estas empresas se están moviendo de manera demasiado tentativa para mejorar la sostenibilidad y reducir las emisiones. Esta vacilación se debe a que se quiere proteger los ingresos actuales provenientes de las actividades principales. Pero esta espera también presenta riesgos, como lo demuestra el sentimiento de los inversores que se alejan de estos sectores.
A medida que se intensifica el diálogo sobre el cambio climático, las empresas de este sector se ven sometidas a una mayor presión para reducir sus propias emisiones, así como las de sus proveedores y clientes.
Dentro del sector de la energía, las empresas eléctricas son las que han realizado el mayor avance en sostenibilidad. El informe de Bain & Company, muestra como entre las mayores utilities de Europa y América del Norte, las nuevas inversiones más ecológicas (capital expenditure) oscilaron entre el 15% y el 47% del gasto total en los últimos tres años. En el ámbito mundial, la inversión en generación de energía renovable supera a las inversiones en combustibles fósiles y energía nuclear juntas, y las energías renovables ahora representan más de un tercio de la capacidad de generación de energía mundial. Algunas compañías están cambiando, como Enel que quiere volverse completamente neutral en carbono para 2050; Duke Energy, que se ha comprometido a reducir a la mitad las emisiones de carbono para 2030 y operar a cero niveles netos de carbono para 2050; o Repsol, que quiere convertirse en una empresa net-zero en 2050.
Las empresas mineras y de petróleo y gas también están aumentando sus ambiciones de sostenibilidad, pero la inversión hasta la fecha ha sido limitada. Las estrategias de las químicas y agrícolas tienden a centrarse en permitir la sostenibilidad del cliente a través del desarrollo de productos y adherirse a los principios de circularidad, lo que reduce el desperdicio. Ven un mayor potencial allí que en simplemente transformar sus propias operaciones, que ha sido un área de enfoque histórico. Las principales empresas químicas como BASF se han esforzado mucho para mejorar la eficiencia energética en las operaciones y ahora están dirigiendo el gasto en I + D hacia la biofeedstock, el reciclaje, los materiales más livianos y las tecnologías de baterías. Los proveedores agrícolas upstream como Nutrien y Syngenta están invirtiendo en formas de impulsar la productividad, limitar el uso de la tierra y promover la biodiversidad en las granjas.