España a la cola de la transición energética
Según la segunda edición del informe Energy Transition Readiness Index 2021, España se sitúa en el furgón de cola de la transición energética de los países europeos. El informe ha contado con expertos de 12 países del oeste de Europa para evaluar y comparar la transición de los mercados de flexibilidad de la electricidad en cada país.
Los países europeos han establecido ambiciosos objetivos de producción eléctrica renovable para 2030 con la clara intención de conseguir los objetivos de descarbonización, que llevarán a un rápido crecimiento de la generación de electricidad renovable y tecnologías de energía distribuida bajas en carbono. Pero estos objetivos podrían no ser lo suficientemente ambiciosos si tenemos en cuenta que el impacto del cambio climático es cada vez más crítico, por lo que es probable que aumenten los objetivos del uso de energías verdes.
La flexibilidad en el consumo o generación de electricidad es de vital importancia para hacer posible un sistema de electricidad altamente renovable. El rápido crecimiento de generación de electricidad renovable variable, especialmente la eólica y la solar, implica que son necesarios recursos de electricidad flexible bajos en carbono para mantener el balance entre generación y consumo. El crecimiento necesario de estos nuevos recursos de flexibilidad ofrece una gran cantidad de nuevas oportunidades de inversión, pero también se necesita un fácil acceso a mercados de electricidad para permitir esta inversión.
El informe Energy Transition Readiness Index clasifica atendiendo a los siguientes criterios:
• Apoyo socio-político a la transición energética.
• Capacidad de explotar nuevas tecnologías y modelos de negocio.
• Acceso abierto al mercado para servicios de flexibilidad.
De esta manera, el ránking en el que España no sale muy bien parada es el que sigue:
El informe muestra que la transición energética, incluyendo la reforma del mercado de la flexibilidad, está bien encaminada en estos países, gracias a las políticas, las reformas del mercado y la tecnología, pero el ritmo del cambio varía.
Mientras que todos los países cuentan con objetivos ambiciosos hacia la descarbonización, los que obtienen una mejor puntuación tienen mercados de flexibilidad que proporcionan un acceso justo, transparente y sencillo para todos los participantes. La inversión por parte de nuevos proveedores de flexibilidad se fomenta a través de señales claras en materia de tarificación y políticas que permiten tecnologías de flexibilidad.
En el lado opuesto, los países que ocupan los puestos más bajos en la clasificación cuentan con mercados de flexibilidad y políticas que presentan barreras a la inversión por su complejidad, adoptan los cambios lentamente y están dominados por los operadores tradicionales.
En general, el informe concluye que la mayoría de los países están afrontando un gran reto de flexibilidad y se necesita acción inmediata para conseguir los objetivos de transición energética. Además, incluye tres recomendaciones principales:
• Cuantificar las necesidades de flexibilidad futuras: el gran aumento de recursos de flexibilidad necesario para conseguir los objetivos de descarbonización en 2030 debe definirse y guiar las reformas del mercado y de las políticas.
• Priorizar y acelerar las reformas de los mercados de flexibilidad: se deben acelerar políticas que favorezcan una mayor participación en los mercados de flexibilidad para no poner en riesgo la transición energética.
• Diseñar mercados de flexibilidad para atraer inversión: las reformas deben crear mercados justos y previsibles que proporcionen confianza de inversión a un amplio potencial de nuevos proveedores.
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