Compo aconseja cómo plantar y trasplantar en noviembre

El momento de la plantación es muy importante y una de las cosas que debemos tener en cuenta es el suelo del que disponemos. Es el momento de mejorar un suelo que no sea adecuado, por muy arcilloso o por muy arenoso. Para ello podemos aplicar algún substrato a base de turba, de esta manera conseguiremos mejorar la textura y estructura del suelo, haciéndolo más adecuado para el cultivo de nuestras plantas.

La aplicación de turba podemos extenderla al resto de plantas ya ubicadas en nuestro jardín, incorporándola al suelo mediante un cavado superficial o dejándola en superficie a modo de acolchado, que servirá para proteger las raíces frente al frío del invierno.
Si nos encontramos ante un suelo arcilloso o compactado es imprescindible que nos planteemos la instalación de algún drenaje (sobre todo en el caso de plantación de coníferas) ya que debemos garantizar que el agua de riego no se acumule y encharque provocando daños, en muchos casos irreversibles, a las raíces.

Por tanto abordaremos la plantación realizando un agujero generoso, donde el cepellón del ejemplar quepa holgadamente y situaremos en la base piedra para favorecer el drenaje. Sobre el drenaje empezaremos a depositar turba y colocaremos el ejemplar encima procurando que la base del tallo quede a nivel del suelo, ni elevado ni enterrado.
A la hora de rellenar el agujero, en lugar de hacerlo con la tierra del jardín, lo haremos con un buen substrato a base de turba, de esta manera favorecemos la adaptación de la planta al nuevo suelo. Es imprescindible que el cepellón de la planta emita raíces fuera del mismo y se arraigue bien y eso precisamente es lo que va a favorecer la plantación con turba. Si lo hiciéramos rellenando el hoyo de plantación directamente con tierra del jardín la planta podría tener más dificultades para que las raíces crecieran fuera del cepellón lo que repercutiría directamente en el éxito de la plantación.

Estimulador de raíces
También es buen momento para añadir algún producto estimulador de raíces, que aporta nutrientes para que éstas crezcan sanas y fuertes y se agarren bien al terreno.
A la vez que vamos rellenando con turba debemos ir apretando la turba por los laterales, con el mango de la azada o con un palo por ejemplo, para evitar que queden bolsas de aire que puedan dañar las raíces. Una vez hecho esto rellenaremos con el substrato hasta la base del tallo y a continuación llevaremos a cabo otra operación importantísima cuando plantamos: el riego.

Riego profundo
Las plantas recién plantadas requieren de un riego profundo, que moje bien todas las raíces, para de esta manera favorecer su adaptación, siempre con un buen drenaje en la base. Cuando llevemos a cabo el riego es posible que el nivel de la turba descienda, rellenaremos con más turba hasta dejarlo al nivel de la base del tallo. David González, ingeniero técnico agrícola de Compo