Presentan un programa a diez años en un sistema de humedales único en el mundo en Sudamérica
Durante el Foro Mundial del Agua, Wetlands International ha lanzado un programa a diez años en el segundo sistema de humedales más grande en Sudamérica después del Amazonas: la Cuenca del Plata. El programa, nombrado Corredor Azul, se enfocará en la movilización de actores dentro de la sociedad civil, organizaciones no gubernamentales, el sector privado, la academia y los gobiernos, con el objetivo de implementar alternativas de desarrollo en la región. El programa establecerá proyectos pilotos en tres áreas: el Pantanal en Brasil, los Esteros del Iberá y el Delta del Paraná en Argentina.
La organización Wetlands International quiere comprobar que las prácticas de manejo incluyente, la agricultura sostenible, y las actividades económicas tradicionales de las comunidades locales e indígenas, son algunas de las soluciones para conservar y usar sustentablemente uno de los mayores humedales de agua dulce en este planeta, en el cual los ríos Paraná y Paraguay fluyen libremente a lo largo de 3,400 km. Ciento veintiocho millones de personas en Sudamérica dependen de la salud de este sistema natural. Si el flujo de los ríos es alterado, la oferta de agua dulce y de alimentos a las poblaciones rurales y urbanas, será permanentemente afectada.
El programa del Corredor Azul abarca el cuarto humedal más grande del mundo, cuyo corazón son los ríos Paraná y Paraguay. Es un sistema único en su especie porque fluye desde las regiones subtropicales, desembocando hacia el océano en regiones templadas, lo que lo convierte en una de las zonas más ricas en biodiversidad de la tierra.
El sistema de humedales alrededor de los ríos Paraná y Paraguay enfrenta un modelo de desarrollo que amenaza su existencia. Por ejemplo, están proyectadas alrededor de 110 plantas hidroeléctricas en el Pantanal, el uso intensivo de agroquímicos en las plantaciones de arroz y la expansión de la silvicultura en los Esteros del Iberá, además de la agricultura a gran escala y el desarrollo urbano en el Delta del Paraná.
“Dentro de los próximos veinte años, anticipamos una severa degradación de la biodiversidad y la seguridad ambiental para las poblaciones de la región”, afirma Daniel Blanco, director de Wetlands International Latinoamérica y el Caribe. “Esto puede resultar en un dramático incremento de las inundaciones, la pérdida de la productividad económica e inmensurables amenazas a la seguridad alimentaria, y por ende también se reducirá nuestra capacidad de adaptarnos a los efectos del cambio climático. El programa Corredor Azul propone alternativas a los retos ambientales y económicos que enfrentamos” concluyó.