La planta de interior de septiembre es el Phalaenopsis
La Phalaenopsis es una elegante orquídea con unas flores que la hacen parecer una bailarina. Una opulenta rama florida crece desde su tallo y se arquea con gracia cuantas más flores tiene. Las flores pueden salir grandes y/o pequeñas, y a menudo cuenta con patrones fabulosos. Algunas orquídeas tienen una ligera fragancia, aunque la mayoría no tienen aroma. Lo que tienen en común es una apariencia exótica por un largo tiempo, y además son bastante sencillas de cuidar.
Origen
La orquídea Phalaenopsis crece habitualmente en zonas cálidas, especialmente en los lluviosos bosques tropicales. A menudo crece como un epífito sobre los árboles y ramas con sus raíces al aire, pues con la humedad ambiental les es suficiente para vivir. Sus raíces crecen orientadas hacia la luz, y es la razón por la que las orquídeas se adquieren a menudo en contenedores transparentes.
Elige la tuya
Esta orquídea puede adquirirse en muchas variedades, generalmente como planta de dos tallos gemelos con varias flores y tonos rosados, algunos planos y otros con bonitos patrones. Sin embargo, también se puede encontrar en nuevas formas como forma de cascada, de ola, serpenteante, colgante, reptante o simple, es decir, con una flor por planta. Elígela en tu establecimiento de confianza donde las hayan cuidado correctamente y sean expertos.
Cuidados básicos
– A la Phalaenopsis le gustan las zonas luminosas, y desde mediados de octubre la planta soportará la exposición directa a la luz del sol.
– La temperatura ideal en el espacio en el que se sitúa la planta oscila entre los 18 y los 22º C.
– Esta orquídea necesita poca agua, basta con introducirla en agua una vez por semana y después permitir el drenaje.
– Añádele abono especial para orquídeas en el agua de riego una vez cada tres semanas para ayudar al crecimiento de los brotes.
Fuente: Oficina Holandesa de Flores (información difundida por la AECJ)