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Construyes! 2021 pone el foco en la transición energética del sector de la construcción [parte 4]

Redacción ProfesionalesHoy16/06/2021

Construyes! 2021 ha puesto el cierre a una edición donde la transición energética y la economía circular han sido los temas protagonistas de su programa. La descarbonización de las obras, el papel de las infraestructuras ante el cambio climático y el futuro de los combustibles ocuparon el debate en el último de los bloques de esta edición del congreso.

“Transición energética y cambio climático” fue el título del último de los cuatro bloques que formaron parte de Construyes! 2021. Begoña Leyva, responsable de Medio Ambiente y Comunicación de CNC, moderó la primera de las mesas redondas de este bloque, dedicada a “La descarbonización de las obras de construcción”. La primera intervención corrió a cargo de Luis Ángel Salas, CEO de Loxamhune, quien explicó algunas de las aportaciones que puede hacer el sector del alquiler de maquinaria en el objetivo de avanzar hacia la neutralidad de emisiones.

“Tenemos que hacer una evangelización sobre la huella de carbono”, señalaba rotundo Salas al comienzo de su turno. “La huella de carbono es un indicador de un impacto sobre el planeta como consecuencia de nuestra actividad cotidiana. Cada litro de diésel que consumimos tiene un impacto de 2,5 kg de CO2 en la huella de carbono. En el caso de gasolina, 2,2 kg. Debemos darnos cuenta de cómo impactan ciertas cosas en el medioambiente”.

Como señala el CEO de Loxamhune, en la huella de carbono de una organización influyen distintas emisiones, clasificadas según su alcance: Alcance 1, correspondiente a las emisiones directas; Alcance 2, las emisiones indirectas que consume directamente la compañía; y Alcance 3, que son las emisiones indirectas correspondientes a terceros actores. En el caso de Loxamhune, esta huella se calcula y cuenta con certificación de ello. Las medidas adoptadas han permitido reducir en un 81% la huella de carbono procedente del consumo de combustible. Además, el 36% de las máquinas son eléctricas, y la compañía cuenta con un plan a tres años para renovar el parque. El proceso de digitalización emprendido ha permitido reducir el consumo de papel, y actualmente valoriza el 80% de los residuos que produce. Por último, desde la compañía se participa en proyectos de reforestación y planta hidroeléctrica para compensar la huella de carbono resultante.

“Va a costar que esto llegue y de verdad terminemos todos concienciados, porque muchas veces pensamos que no es económicamente beneficioso para la empresa”, señalaba. Sin embargo, para Luis Ángel Salas esto no es cierto, ya que el cálculo de la huella de carbono conlleva una serie de beneficios palpables. “Lo primero que nos parece a todos es que mejora la imagen, muy importante en este mundo de redes sociales. Lo segundo, es que incrementa la sostenibilidad, pero la sostenibilidad de nuestras propias máquinas, haciéndolas más rentables. Además, contribuimos a lucha contra el cambio climático, minimizamos costes ambientales, con lo que vale la pena invertir previamente a fin de ahorrarnos las compensaciones; ayuda a definir nuevos objetivos y metas empresariales y fortaleceremos las relaciones entre compañías y proveedores. Hay que hablar del proceso total, ahí no entra solo lo que hacemos, sino también los proveedores y los clientes. Y por supuesto, fomentamos una conciencia eco”. Para Salas, el sector del alquiler, por la definición de su propia actividad, contribuye a la economía circular: “Una máquina alquilada es usada por miles de clientes a lo largo de su vida”.

La hoja de ruta de la industria cementera

La siguiente intervención estuvo centrada en la actividad de la industria cementera, en una ponencia ofrecida por César Bartolomé, director del Área de Innovación de IECA, el Instituto Español del Cemento y sus Aplicaciones. En ella, habló de la hoja de ruta marcada por la industria cementera española para alcanzar la neutralidad climática en 2050, aunque hizo extensible su ponencia al sector de los materiales de construcción, a los que, en su opinión, “se está demonizando en todo lo que tiene que ver con las emisiones”. Bartolomé señala que los materiales bio que está sustituyendo a los materiales tradiciones de construcción “también tienen su impacto”, además de no ser capaces de atender la demanda de construcción que existe actualmente.

La meta marcada por la Unión Europea en 2050 es alcanzar la neutralidad carbónica, con un objetivo intermedio en 2030 para reducir aproximadamente un 40% las emisiones. Para César Bartolomé, hay que mirar más allá del proceso de producción: “Somos conscientes de que los materiales de construcción tienen un ciclo de vida muy alto y nosotros acompañamos a esa infraestructura o edificio a lo largo de toda su vida útil. Tenemos que hacer el análisis en todo ese ciclo, no solo en la construcción”. El responsable de IECA habla de la “estrategia de las 5 cés”: clinker, cemento, hormigón (concrete), construcción y re(carbotacación) – absorción de parte de CO2 emitido en proceso de producción. Esta estrategia implica inversión y un esfuerzo en I+D+i “brutal”. “Estas tecnologías que son implementables y están muy avanzadas nos permitirá reducir las emisiones más de un 40% en el año 2030. El mercado no conoce los esfuerzos que está haciendo la industria de los materiales por conseguir estos objetivos”, añade Bartolomé, quien defiende que la industria de los materiales es consciente de la problemática que tiene y de su elevada huella. “Estamos trabajando con una hoja de ruta, la que se nos ha marcado desde Bruselas. La mayor parte de los materiales de construcción estamos regulados por el mercado de comercio de emisiones. No podemos correr más que el desarrollo tecnológico, tenemos una eficiencia muy alto con las tecnologías actuales”.

El papel de las constructoras

María Jesús Serna, Quality, Environmental & Energy Manager de VIAS, habló del papel de las constructoras en la reducción del consumo de combustibles fósiles. De nuevo con los hitos marcados para 2030 y 2050 como referencia, recalcó que “tenemos que ir hacia la electrificación en todo el sector industrial, minimizando la dependencia energética asociada a combustibles fósiles”. Según el Informe de situación global 2020 de edificios y construcción, publicado por la Alianza Global para la Edificación y la Construcción, el 35% de la energía consumida a nivel global pertenece a los edificios durante toda su vida útil. De todo ese consumo, solo el 5% pertenece a la fase de construcción, aunque proporcionalmente, las emisiones son mucho mayores que el relativo a la fase de uso. “Esto se debe a que durante la fase de uso de un edificio se consume mucha más electricidad, que tiene menos emisiones, que durante la fase de ejecución, que se utilizan combustibles fósiles, cuya huella de carbono es mucho mayor”, explica Serna.

“Cualquier operación que hagamos de reutilización o valorización de residuos en la obra lógicamente va a reducir las emisiones de transporte de ese residuo. Es importante establecer una correcta planificación, en la que no se produzcan tiempos muertos para evitar consumos innecesarios”

María Jesús Serna, Quality, Environmental & Energy Manager de VIAS

La responsable de VIAS defendió la transformación digital como uno de los elementos que pueden ayudar a completar este proceso: “Planteamos instalar analizadores de redes para tener un conocimiento más detallado de cada uno de los equipos y líneas de alimentación y así ver cuánta energía consumen y en qué momento. No solo se trata de ver cuánta energía consumimos, sino que debemos parametrizarlo introduciendo indicadores de actividad, estudiar variables como el tipo de obra y el consumo en las distintas fases de la obra. En definitiva las empresas tenemos que conocer y parametrizar, cuantos más indicadores tenemos será mucho mejor para conseguir estos objetivos”. Un control operacional que, explica María Jesús Serna, sensibilice tanto al personal propio como a los colaboradores de las obras. Asimismo, destacó la importancia de que desde las empresas de construcción se aprovechen los avances tecnológicos tanto de los fabricantes de materiales como de maquinaria.

La última acción encaminada a la descarbonización expuesta por Serna fue la economía circular. “Cualquier operación que hagamos de reutilización o valorización de residuos en la obra lógicamente va a reducir las emisiones de transporte de ese residuo. Es importante establecer una correcta planificación, en la que no se produzcan tiempos muertos para evitar consumos innecesarios”.

Resiliencia frente al cambio climático: nuevos enfoques

La segunda de las mesas redondas de este bloque estuvo dedicada a la resiliencia de las infraestructuras ante el cambio climática. Moderada por María Moreno, directora Técnica y de Internacional de SEOPAN, el coloquio contó con la participación de representantes de diferentes constructoras.

“Según la RAE, la resiliencia es la capacidad de adaptación de un ser vivo frente a un agente perturbador o un estado o situación adversos. Pero en su segunda acepción, habla de la capacidad de un material, mecanismo o sistema para recuperar su estado inicial cuando ha cesado la perturbación a la que había estado sometido”, comenzaba la presentación de la mesa María Moreno. “Vamos rezagados a la hora de proteger a la sociedad de los efectos del cambio climático, pero vamos a conocer qué herramientas tenemos y qué nos hace falta”.

Miguel Segarra, jefe del Departamento de I+D+i, Dirección de Sistemas y Control de Proyectos de Dragados, abrió el turno de esta mesa con una ponencia sobre las infraestructuras críticas frente a los riesgos del cambio climático. Como explicaba Segarra, el cambio climático supone una amenaza de origen natural, con potencial de causar daño a personas y propiedades, y que se convierte en desastre natural cuando se hace realidad. “La incidencia de este tipo de desastres es grande”, señala. “En 2020, hubo 161 desastres naturales y 89 en América, con especial intensidad en cuanto a inundaciones y tormentas. Su impacto económico fue de 171.000 millones de euros”.

Frente a estos desastres, aparecen las infraestructuras críticas. “Se trata de aquellos activos o sistemas esenciales para el mantenimiento de las funciones de la sociedad tal y como las conocemos: agua, salud, transporte… Los factores de resiliencia son la robustez, redundancia y rapidez, entendida como la capacidad de recuperarse de la disrupción”. Como señala el responsable de Dragados, “la resiliencia no debe entenderse como un elemento aislado, sino como la red de infraestructuras y la interacción entre ellas”. No obstante, son construcciones diseñadas para periodos de tiempo muy largos: “Tenemos que diseñar hoy las infraestructuras que estarán en funcionamiento dentro de 50 años. Eso hace que las decisiones que tomemos ahora sean muy importantes para el futuro”.

Lucía Monforte, responsable del departamento de Medio Ambiente y RSC de FCC Construcción, continuó con una intervención sobre la emergencia de nuevos enfoques para la adaptación al cambio climático. “Desde que se firmó el protocolo de Kyoto han estado apareciendo numerosos acuerdos y directivas como el acuerdo de París, el Pacto Verde Europeo, la Ley Europea del Clima y más recientemente el PNIEC (Plan Nacional Integrado de Energía y Clima) o la Ley de Cambio climático”, comenzaba.

La edificación es uno de los sectores donde las diferentes estrategias de reducción de emisiones tienen puesto el foco. “La fase de construcción no genera una elevada cantidad de emisiones, pero los productos que consumimos sí van a producir muchas a lo largo de su ciclo de vida”. Para Monforte, la clave está en trabajar en la mitigación de estas emisiones. Para ello, son fundamentales conceptos como “medición, control, reducción de gases de efecto invernadero, conseguir materiales más fáciles de reciclar, nuevos criterios constructivos, reducción de residuos generados y reincorporarlos al ciclo productivo, rehabilitación de edificios (hay que rehabilitar 75% edificios actuales) investigación asfaltos que capten los gases, arquitectura vegetal (proyectos de edificios sumideros de energía), autogeneración de energía…”.

Las infraestructuras deben servir de defensa para la sociedad contra los efectos del cambio climático. Algunas actuaciones permiten adaptar las obras a los distintos riesgos, como el refuerzo de elementos de drenaje frente a tormentas, emplear en la construcción materiales que toleren mejor los cambios de temperatura o resistentes al fuego, por ejemplo.

“Debemos convertir este reto en oportunidad”, explica Lucía Monforte. “Esto implica no solo construir los edificios en base a estos criterios sino adaptar las que ya existen. Como consecuencia de los riesgos del cambio climático necesitamos soluciones constructivas. En FCC investigamos sobre nuevos materiales constructivos. Hay que alargar la vida de estos materiales, y eso lo vamos a conseguir con innovación. Hay que apostar con un modelo de economía circular”.

Europa y el futuro resiliente de sus infraestructuras fue el tema abordado por Francisco Javier Royo, jefe del Área de Proyectos de I+D de Ferrovial Construcción. “Tenemos un envejecimiento muy claro de todas las infraestructuras. En España el 30% de ellas tienen más de 20 años”, señalaba en su intervención. Como consecuencia, los efectos del cambio climático se están notando cada vez más. “Tenemos nuevas necesidades, que no eran las que había cuando se diseñaron estas infraestructuras: más tráfico, nuevos tipos de vehículos… Tenemos que adaptarlas y prepararnos para ello”.

Desde Europa se están poniendo en marcha algunos proyectos para mejorar la resiliencia de las infraestructuras ya existentes como en preparar las nuevas construcciones del futuro. La inversión europea en resiliencia es de 7.600 millones de euros en infraestructuras de transporte dentro del programa Horizonte 2020, lo que supone un 9,5% del presupuesto global; 1.850 millones en movilidad para el crecimiento, el 24,3% del presupuesto global de Transporte; y 28 millones de euros destinados a resiliencia en infraestructuras, el 1,5% del presupuesto global de Movilidad. Una inversión pública en programas de resiliencia que, para Royo, debe tener continuidad, al tiempo que se facilita la introducción de nuevas herramientas y se revisan las guías las normas de operación y mantenimiento.

Los fondos europeos para la recuperación son una gran oportunidad para lograr este objetivo: “Son una herramienta fundamental para avanzar en la resiliencia de la construcción y las infraestructuras. Se trata de proyectos que al final tienen mucha visibilidad, nos permiten trasladar de forma directa las necesidades que tenemos como sector a Europa”.

“Debemos interiorizar que incluir materiales reciclados en la economía circular debe pasar de ser una opción a ser una obligación y un requisito imprescindible del buen proyectista, del buen director de obra”

Javier Gambín, delegado para Andalucía de Tecopsa

Javier Gambín, delegado para Andalucía de Tecopsa, cerró esta mesa señalando la importancia de invertir en infraestructuras como una forma de impulsar la economía general y la economía verde. Para Gambín, “debemos interiorizar que incluir materiales reciclados en la economía circular debe pasar de ser una opción a ser una obligación y un requisito imprescindible del buen proyectista, del buen director de obra”.
En cuanto a la resiliencia de las infraestructuras, el responsable de Tecopsa alerta de que “el cambio climático nos va a traer un aumento de fenómenos extremos, de su probabilidad y de su virulencia”.

Preguntado por la sensibilidad de la administración frente a estas cuestiones, explicaba que es dispar entre unas y otras: “Hay administraciones que tienen verdadera vocación liderazgo y otras que probablemente por escasez de medios no pueden ejercerlo. Otras, desgraciadamente, están abrasadas por otros problemas y no pueden prestar esa atención”. No obstante, puso como ejemplo la iniciativa de la Junta de Andalucía en materia de carreteras con materiales sostenibles, automatizados e inteligentes (MASAI) y la inclusión en sus pliegos de tecnologías de reciclado y de bajas emisiones. Sin embargo, los ponentes de esta mesa coincidieron en señalar que el precio en la contratación pública sigue siendo una “limitación” que “marca con demasiada proporción el resultado de la licitación”.

María Moreno, directora Técnica y de Internacional de SEOPAN; Lucía Monforte, responsable del departamento de Medio Ambiente y RSC de FCC Construcción; Miguel Segarra, jefe del Departamento de I+D+i, Dirección de Sistemas y Control de Proyectos de Dragados; Francisco Javier Royo, jefe del Área de Proyectos de I+D de Ferrovial Construcción; y Javier Gambín, delegado para Andalucía de Tecopsa.

Electrificación vs. hidrógeno

La última mesa redonda de esta edición de Construyes! puso el foco en el futuro de los combustibles, enfocado en las dos grandes tecnologías que prometen ser el futuro de la movilidad: la electrificación y el hidrógeno.

Sergio Serrano, director técnico de Anmopyc, moderó esta mesa en la que los ponentes expusieron sus experiencias y perspectivas respecto a ambas tecnologías. Es el caso de Iosu Cendoya, responsable de Desarrollo de Negocio de la Unidad de Sistemas de Almacenamiento de Cidetec Energy Store. Para Cendoya, ambas tecnologías son complementarias, permitiendo cada una de ellas trabajar de manera óptima en diferentes tipos de aplicaciones.

Las baterías y su autonomía son el gran reto tecnológico al que se enfrenta la electrificación en la actualidad. “Debemos electrificar todo lo que se pueda electrificar. En el transporte podremos reducir un 16% las emisiones y en el caso de la generación de energía hasta un 23%. Pero si vamos a electrificar todo lo electrificable, esto va a suponer una gran demanda de baterías; desde 2018 la demanda se ha multiplicado por 14. Asia y China son las grandes dominadora, y lo seguirán siendo en el futuro”, explica Cendoya. “Esto deberíamos verlo como una oportunidad. Para ser protagonistas en ese mercado global, debemos entender el producto de la batería de manera global. Eso significa que la batería va a entrar en juego y debe ser utilizada en diferentes ámbitos y de manera circular. Esto enlaza con todos los indicadores que soportan las economías circulares”.

Para cumplir con estos requisitos de la economía circular, la reutilización de las baterías debería ser un estándar en el futuro. “El reciclado debería ir perdiendo protagonismo para que la reutilización se vaya fomentando y optimizando. El diseño de la batería no debería ser para un vehículo, debe ser pensada desde el desarrollo del elemento más básico para que su viabilidad en diferentes usos sea una realidad”. Iosu Cendoya también hizo mención a las pilas de hidrógeno, una tecnología en la que Cidetec lleva trabajando desde hace 10 años y que tendrá su papel en el futuro de determinadas aplicaciones, especialmente en vehículos pesados. “Las baterías pueden ser más adecuadas para motocicletas, coches, autobuses, y la pila de hidrógeno parece tener más sentido en carga pesada”, concluyó.

El hidrógeno, una tecnología con un gran potencial

Fernando Palacín, director gerente de la Fundación Hidrógeno Aragón hizo un análisis más detallado de las posibilidades de una tecnología que “aunque en España parezca que lo hemos descubierto hace un año y medio, en el mundo se demandan más de 70 millones de toneladas al año”.

“El gran hándicap que tiene es que aunque el hidrógeno es el elemento más abundante del universo, nunca está solo. Por cada kg de hidrógeno que producimos emitimos 10 de CO2 a la atmósfera. Para alcanzar el ciclo cero emisiones se está usando el proceso de hidrólisis”.

En cuanto a las aplicaciones, el responsable de la Fundación Hidrógeno Aragón señala que diversos sectores de movilidad están pensando en descarbonizarse a través del hidrógeno. “Tenemos trenes de hidrógeno circulando por Europa y puede ser una alternativa importante para aquellas líneas que no están electrificadas”. El hidrógeno también ofrecerá aplicaciones para el sector de maquinaria. Palacín también señaló algunas aplicaciones para el sector de maquinaria, con algunos ejemplos como el prototipo de excavadora de 20 toneladas desarrollado por JCB, los desarrollos de Doosan dentro de su portfolio o los dúmpers para minería de Engie, vehículos que van a consumir una tonelada de hidrógeno al día.

Una carrera “desigual”

Precisamente JCB, de la mano de su Business Development Manager, Ignacio Lanzadera, cerró esta mesa con una intervención crítica con el modo en que desde la administración se está afrontando esta carrera hacia la electrificación: “Si hablamos de una carrerea hacia las cero emisiones, es una carrera trucada. No hay igualdad de condiciones”.

En su intervención dio algunos detalles adicionales sobre el desarrollo de la excavadora mencionada por Fernando Palacín. Se trata de un vehículo experimental de 22 toneladas destinado a minería, con una adaptación del motor Dieselmax 448 de un modelo anterior. La versión con pila de combustible elevaba mucho los costes, por lo que este modelo lanzado recientemente además de reducir al 98% las emisiones de NOx y al 100% de CO2, resulta económicamente más viable para el futuro.

“A partir de 2035 convivirán los equipos eléctricos y los desarrollos de hidrógeno. Hemos trazado una frontera sobre el sector pesado en torno a las 15-20 toneladas, a partir de las que el coste de fabricar baterías eléctricas sería tan elevado que deberíamos pasar a equipos de hidrógeno”

Ignacio Lanzadera, Business Development Manager de JCB

El fabricante de maquinaria británico cuenta con un programa corporativo, Road to ZERO2, con medidas a corto, medio y largo plazo: “Esperamos este 2021 un reducción del 2% de las emisiones de CO2 en actividades productivas, una reducción del 20% de los residuos de envases, cero plásticos de un solo uso y una reducción global del 4,6% del carbono”. A medio y largo plazo, los objetivos pasan por una reducción del 50% en las emisiones para 2030 y alcanzar unas emisiones netas cero para 2050. Además, JCB ha sido invitado como asesor técnico a la Conferencia de las Partes de la Convención Marco de Naciones Unidas sobre cambio climático (COP26), que se celebrará en Glasgow del 1 al 12 de noviembre de este año.

Sin embargo, para Lanzadera el marco normativo no fomenta el empleo de energías limpias en las obras: “Llevamos más de 20 años con el compromiso de reducir emisiones. No somos conscientes del esfuerzo en costes que la normativa nos ha obligado para producir motores de combustión más limpios. Estos motores conviven con motores del año 2000 y anterior que contaminan 46 veces más. Pero el marco normativo no favorece el uso de uno u otro, en las licitaciones no se especifica esto. Si van a convivir con equipos históricos que no se limita su uso tendrán una difícil comercialización y puesta en marcha”. Además, recordó que aunque la energía es limpia, el reciclado real de las baterías es del 5% en la actualidad. “¿De qué vale usar equipos eléctricos si la energía eléctrica no se produce de forma limpia?”, se preguntaba.

En cuanto al futuro de estas tecnologías, Lanzadera prevé que hasta 2035 convivan equipos diésel y eléctricos. “A partir de ahí se quedarán los equipos eléctricos y los desarrollos de hidrógeno. Hemos trazado una frontera sobre el sector pesado en torno a las 15-20 toneladas, a partir de las que el coste de fabricar baterías eléctricas sería tan elevado que deberíamos pasar a equipos de hidrógeno”.

Sergio Serrano, director técnico de Anmopyc; Iosu Cendoya, responsable de Desarrollo de Negocio de la Unidad de Sistemas de Almacenamiento de Cidetec Energy Store; Fernando Palacín, director gerente de la Fundación Hidrógeno Aragón; e Ignacio Lanzadera, Business Development Manager de JCB.

Apoyo de SEOPAN y CNC

Esta edición de Construyes! ha contado con un apoyo especial por parte de SEOPAN y CNC, entidades que han participado activamente tanto en la elaboración del programa como con su participación en diversas mesas celebradas durante los dos días del congreso. No obstante, Julián Núñez, presidente de SEOPAN, y Pedro Fernández-Alén, presidente de CNC, fueron los responsables de clausurar el evento.

Julián Núñez remarcó la Agenda 2030, las infraestructuras y el país como las tres grandes cuestiones que debemos abordar: “La agenda es un compromiso que hemos adquirido, las infraestructuras son una herramienta que nos puede permitir alcanzarlo y España como país debemos hacer un DAFO para ver fortalezas y debilidades que tenemos”.

“En España llegamos a construir más viviendas que el resto de Europa junta, pero vino la crisis y no quedó el poso industrial que debería haber quedado de aquella época. Debemos aprovechar esta segunda oportunidad que tenemos con los fondos para generar un tejido industrial que perdure en el tiempo”

Julián Núñez, presidente de SEOPAN

Sobre ese papel de las infraestructuras como palanca, Núñez recordó el plan de 160.000 millones para garantizar el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible presetnado por SEOPAN. “Tienen cabida todo tipo de infraestructuras: la que tienen que ver con el agua, el medioambiente, tratamiento y valorización de residuos… También contemplamos actuaciones importantes en el ámbito urbano para recuperar el transporte público, facilitar la migración desde el transporte privado y cuestiones básicas como la movilidad eléctrica o la red de carreteras”.

En cuanto a las fortalezas y debilidades de España, Núñez destacó que “es muy bueno en turismo, el tercer país mundial en ingresos. Tenemos que hacer un turismo más respetuoso con el medioambiente, no podemos ser el tercer país más sancionado. Debemos configurar un turismo que tenga un sello de sostenibilidad absolutamente indudable, se hacen las cosas bien pero tenemos algunos déficits que cubrir”. Una situación similar a la que sucede con la agricultura y la ganadería, sectores en los que España “debería ser líder en explotaciones de alto valor añadido, y ahí juega un papel fundamental el agua”.

Por último, el presidente de SEOPAN hizo también referencia a la rehabilitación de viviendas. . “En España llegamos a construir más viviendas que el resto de Europa junta, pero vino la crisis y no quedó el poso industrial que debería haber quedado de aquella época. Debemos aprovechar esta segunda oportunidad que tenemos con los fondos para generar un tejido industrial que perdure en el tiempo”.

Julián Núñez, presidente de SEOPAN.

Pedro Fernández, arrancó su intervención en la misma línea: “Esta crisis nos va a dar una oportunidad para cambiar las cosas. Éramos líderes mundiales, pero nos viene una oportunidad mucho mayor para todos los que estamos en el sector de la construcción”. En este sentido, Fernández-Alén destacó la importancia que tiene la I+D+i para lograr estos objetivos, de la mano de “una formación para transformar a unos trabajadores con una categorías profesional estable en nuestro sector y poder convertir a nuestras empresas en líderes no solo en construcción sino también en nuevas tecnologías”.

“Con más de un 40% de desempleo juvenil no puede ser que el sector de la construcción requiera de mano de obra cualificada y que solo el 9% sean mujeres. Tenemos que hacer un sector atractivo, tenemos muchas líneas abiertas para poder formar trabajadores punteros en las nuevas tecnologías”. También reclamó la puesta en marcha de un plan renove “para que nuestra utilización de maquinaria sea también moderna y medioambientalmente viable”.

Por último, el presidente de CNC hizo mención al plan de resiliencia, con una dotación de 70.000 millones de euros “que deben servir para potenciar la economía española y para transformar a corto y medio plazo a la economía y la sociedad en general”.

“Con más de un 40% de desempleo juvenil no puede ser que el sector de la construcción requiera de mano de obra cualificada y que solo el 9% sean mujeres. Tenemos que hacer un sector atractivo, tenemos muchas líneas abiertas para poder formar trabajadores punteros en las nuevas tecnologías”

Pedro Fernández-Alén, presidente de CNC

Con esta intervención concluyeron las dos intensas jornadas de un evento que ha permitido sentar las bases de cómo debería ser el sector en el durante las próximas décadas. Como concluyeron varios de los expertos que han participado en Construyes! 2021, las oportunidades están ahí. Ahora toca aprovecharlas en beneficio del sector de la construcción y, por extensión, de la sociedad en general.

Pedro Fernández-Alén, presidente de CNC.

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