Enfrentarse a una obra de 30 meses de duración exige una rigurosa planificación. Cuando, además, esta obra consiste en el desmantelamiento y la demolición de una central térmica, la dificultad de este proceso previo para planificar los trabajos de dos años y medio se eleva de forma notable.
Este es el reto al que se ha enfrentado Lezama Demoliciones, empresa con más de 25 años de experiencia en el sector, en los trabajos llevados a cabo en la antigua Central Térmica de Foix, ubicada en Cubelles (Barcelona).
Los trabajos, que comenzaron el 6 de abril de 2017 y finalizaron el 7 de febrero de 2020, consistieron en el desmantelamiento y demolición completa de la Central Térmica de Foix, que llevaba cerrada desde junio de 2015. Entre los elementos significativos del proceso, cabe destacar la demolición de la chimenea de 175 metros de altura, las demoliciones de la turbina del grupo generador y su edificio y bancada de hormigón, y la demolición de la caldera completa, incluyendo hogar y calderín, así como su estructura metálica. Además, Lezama Demoliciones llevó a cabo la limpieza previa y gestión de los residuos de la operación de la planta (fuel, gas, cenizas, etc.), así como la retirada de otros residuos peligrosos como amianto, ubicado en varios puntos de la instalación como la caldera o las juntas interiores en chimenea.
Lezama Demoliciones se enfrentó a una obra de dos años que ha concluido con cero accidentes, sin incidentes medioambientales y siendo una obra pionera en demolición sostenible. Los trabajos han sido ejecutados con la máxima excelencia en seguridad y Medio Ambiente, dando como resultado un proyecto pionero en economía circular y sostenible.
Innovación al servicio de la seguridad y el medio ambiente
Para cumplir con los plazos establecidos para la obra, además de una planificación minuciosa los responsables de la obra emplearon equipamiento, maquinaria y técnicas innovadoras para llevarla a cabo. Así, se emplearon robots teledirigidos y maquinaria de brazo largo en la demolición de chimenea, además de combinar métodos de demolición manuales y mecánicos en las estructuras metálicas y de hormigón.
Asimismo, el desmontaje del turbogrupo se llevó a cabo sin la necesidad del uso de grúas. Desde el punto de vista de la seguridad ha sido muy importante la disminución de maniobras de grúa mediante la utilización de distintas retroexcavadoras de brazo largo de varios tamaños, siendo la de mayor alcance de 35 metros.
Desde el punto de vista medioambiental fueron tantos los elementos a tener en cuenta para la ejecución de la obra que incluso desde Lezama se tuvieron que adaptar a los periodos de anidación del halcón peregrino para reducir al mínimo el impacto ambiental. Además, los trabajos se adaptaron según los periodos de máximo riesgo de incendios, dado el entorno boscoso en una de las ubicaciones de la obra y al encontrarnos en una zona especialmente calurosa y poco lluviosa.
Además del entorno natural, se tuvieron que llevar a cabo los distintos trabajos de demolición en una ubicación rodeada por los cuatro costados por carreteras bastante transitadas y por las vías de ferrocarril, teniendo en cuenta que el entorno de la obra es una zona vacacional. Dadas las características del entorno en cuanto a cercanía de las vías del ferrocarril, carreteras y viviendas se emplearon robots para la demolición de la chimenea, sin posibilidad de realizar la voladora de la misma.
El control de emisiones de polvo y ruidos fue total durante el desarrollo de la obra para garantizar la buena marcha de todo el proceso y su impacto en el medio ambiente. Todos los controles mensuales sobre los niveles de polvo dieron como resultado los niveles legalmente establecidos. Tampoco se produjeron incidentes relacionados con el ruido, con un 100% de resultados positivos en los controles llevados a cabo. Asimismo, los procesos de tratamiento de agua y su reutilización en obra posibilitaron que no hubiese que lamentar ningún vertido de agua al exterior.
Todos estos trabajos llevados a cabo por Lezama Demoliciones han contado con el reconocimiento del cliente de la obra, Endesa. En 2019, la propietaria de la instalación reconoció el desmantelamiento de la Central Térmica de Foix con el Premio al mejor plan de sostenibilidad. En su reconocimiento, la energética destacó que el proceso de demolición y desmantelamiento del complejo iniciado en 2017 se llevó a cabo “de forma gradual, ordenada y segura”, y entre sus méritos destacó que el 87% de los residuos generados en la demolición se valorizaron para su reutilización.
Gracias a esta obra se ha logrado la restauración total de los terrenos tras más de 40 años de operación de la central térmica. Hemos implantado métodos de trabajo innovadores, seguros y con respeto al medio ambiente, dando como resultado un proyecto pionero de sostenibilidad y economía circular.
Este concepto de reutilización se ha llevado no solo a dar una segunda vida a más de cuarenta equipos de la central y al reciclado de materiales; además, se ha tenido en cuenta la conservación del patrimonio industrial, con acciones como la recuperación del mural de la turbina o la cesión de maquetas y libros a universidades.





